domingo, 4 de diciembre de 2016

El color de DE REPENTE... UN TRANVÍA SOBRE EL TEJADO DE ZINC CALIENTE

El color juega una gran baza en la obra DE REPENTE... UN TRANVÍA SOBRE EL TEJADO DE ZINC CALIENTE.


La escenografía y el atrezo utilizado en la función, además de evocar la humildad propia de una pareja de clase media afectada por la crisis, presenta la combinación de los colores rojo y blanco. El rojo simboliza tanto la pasión como la propia energía y carácter de ambos personajes, así como del conflicto principal que da pié al argumento de esta comedia. El blanco, a su vez, representa la sencillez y autenticidad de los protagonistas de esta obra, también la verdad que caracteriza sus interpretaciones, por encima del propio tono de comedia. En el caso de él, además, marca cierta ingenuidad infantil, no exenta de una inmadurez impropia para su edad.


Por otro lado, los personajes visten ella de azul y él de rosa, invirtiendo los estereotipos, habida cuenta su trueque de roles de pareja, ya que ella es quien mantiene la economía de la casa y el personaje de él es básicamente pasivo y con trazas de ambigüedad.


Por todo ello el factor cromático, de modo subliminal, también desempeña un gran papel en la obra.

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